Nuestra Villa
Nuestra villa

Restos arqueológicos prehistóricos y romanos en los pagos de Zalengas, El Picón, Villalumbrós y Curieses. Real Monasterio de Santa Clara fundado en 1406 por Doña Urraca de Guzmán, señora de Villafrechós; con importante retablo rococó del siglo XVIII. Iglesia parroquial de San Cristóbal, de los siglos XV-XVI, construida en piedra, ladrillo y tapial, con retablo rococó del siglo XVIII. Ermita de Nuestra Señora de Cabo, del siglo XVI, construida en ladrillo y adobe, con retablo rococó del siglo XVIII. En gastronomía: las almendras garrapiñadas, quesos y embutidos artesanales.

Iglesia de San CristóbalEl origen histórico de la villa no se puede señalar con precisión. El hallazgo de restos arqueológicos prehistóricos en el Redondal (Camino de Villamuriel) permite suponer un inicio a partir de la Prehistoria. De 1038 datan los primeros documentos donde consta su denominación original: "Villa Fructuoso", aldea perteneciente al "territorio de Arnales"; pero se desconoce la fecha exacta de su fundación. Fue villa de reyes y señores. En 1184, Fernando II de León efectuó su repoblación con habitantes de aldeas aledañas - Cabañas, Curieses y Zalengas - quienes se instalaron en torno al núcleo poblacional más antiguo y construyeron sus respectivas iglesias: San Lorenzo, Santa María del Obispo y Santa María del Temple. Fueron duros tiempos de guerra entre castellanos y leoneses hasta que Alfonso VIII de Castilla la incorporó a su reino en 1191. Por esta época se erigieron otros cuatro templos: San Salvador, San Pelayo, San Cristóbal y Santa María de Cabo-de-Villa. De éstos sólo se conserva San Cristóbal, que tuvo sucesivas restauraciones hasta el presente. En él se destaca el retablo de altar mayor en estilo rococó. De los restantes, sólo se conocen los lugares de sus emplazamientos. En 1406, Doña Urraca de Guzmán, señora de Villafrechós, cedió su palacio que en 1111 fuera sede de reyes, para fundar el Real Monasterio de Santa Clara. Actualmente, restos del antiguo palacio se conservan en el interior del Convento. A escasos metros, se hallaba el castillo con su baluarte, cuya existencia está documentada en el acuerdo de "Paz dictada en Tordehumos por el Cardenal Sant Angelo" en 1194. Del baluarte aún perviven restos de sus muros y los antiguos calabozos que, con el paso del tiempo, fueron transformados en bodegas. Actualmente, un sector ha sido recuperado para el establecimiento del Restaurante "El Baluarte", cuyas instalaciones permiten apreciar esas antiguas estancias. Del castillo, lamentablemente, sólo queda el recuerdo evocado en el nombre de una calle: Calle del Castillo. En su lugar, en el siglo XIII, se construyó la Iglesia de San Pelayo. En el mismo solar, hacia 1935, se levantó el edificio donde hoy funcionan las escuelas. Desde la Edad Media, Villafrechós fue propiedad de distintos señores feudales; los últimos pertenecieron a la casa ducal de Osuna, que ejerció su señorío desde el siglo XVI hasta finales del XVIII. Entre sus posesiones contaba el Real Monasterio de Santa Clara, por lo que uno de ellos fue sepultado en la Capilla donde se conservan su lápida y escudos. Cabe destacar que el retablo del altar mayor, de estilo rococó, es uno de los más importantes en su género. 

Los antiguos habitantes fueron transmitiendo el saber de la experiencia y legaron a sus descendientes un estilo de vida, costumbres, tradiciones y religión hoy vigentes en el ritmo cotidiano.

Cabe señalar la veneración a la Patrona de Villafrechós : Ntra. Sra. la Virgen de Cabo. Su festividad, el 8 de septiembre, es día de celebración y homenaje, culminación de un tiempo de devoción y de una semana de festejos en la que siempre están presentes los espectáculos taurinos : el encierro por el campo y la tadicional "Suelta de la Vaca Enmaromada", declarada "Espectáculo Taurino Tradicional" por la Junta de Castilla y León, el 13 de agosto de 2008.

Voto de Villa dedicado a San Isidoro, compartido con la localidad de Pozuelo de la Orden. Se conmemora el milagro obrado por el santo a su paso por estas tierras hace casi 1000 años.

Fiesta de San Isidro.

La Bendición del campo. Los quintos construyen un arco de ramas, pañuelos y rosquillas para decorar el portal de la ermita por donde pasará la Patrona, llevada en andas, en Procesión. A continuacion, los jóvenes ofrecen la tradicional degustación de rosquillas.

Semana Santa, con la Procesión del Viernes Santo y la Procesión del Encuentro del Domingo de Resurrección.

Las águedas: reunión de mujeres ataviadas con traje típico castellano, donde se recuerda a Santa Águeda con la celebración de la eucaristía, cantos y merienda.

Carrera de cintas : organizada por los quintos que cumplen 18 años el domingo de carnaval.

El carnaval: baile de disfraces para niños a continuación de la Carrera de cintas y gran baile de disfraces para los adultos por la noche.

La curiesada : festividad exclusiva de Villafrechós cuyo origen se desconoce. Se celebra el lunes anterior al día de la Ascensión.Traficionalmente es jornadada festiva para la localidad. Las familias salen por la tarde a las praderas para merendar.

El mayo : tala de un árbol y plantación de su tronco llevada a cabo por los quintos.

La fabricación artesanal del queso de oveja y de los embutidos.

Las famosas almendras garrapiñadas : una tradición con más de 200 años, llevada adelante por la familia Cubero.

La producción de legumbres ecológicas - lentejas y garbanzos - siguiendo pautas tradicionales de cultivo.


En Villafrechós convergen pasado y presente. Actualmente cuenta con 530 habitantes. Quienes viven allí proyectan de cara al futuro : interesa abrir el pueblo al progreso y al crecimiento comunitario. Para aquellos que deseen visitar la villa, experimentar la vida en contacto con la naturaleza, el trato cordial de sus vecinos o el interés por descubrir los vestigios del paso de antiguos reyes y señores, aquí está Villafrechós para todos.